Hoy, 29 de septiembre de 2022, es un día muy especial para quien suscribe, Dirt (1992), el disco más emblemático de Alice In Chains, cumple su 30º aniversario y aquí me encuentro con vosotros para volver a darle vida, reivindicarlo y encumbrarlo más si cabe a los altares de las indiscutibles obras de arte que fueron paridas en los 90's. La obra maestra de los de Seattle puedo afirmar que es uno de mis tres discos favoritos de mi colección de discos, pero también de mi vida...
He escuchado tantas veces este álbum que uno ya se siente dentro de ese agrietado desierto cuando te adentras en sus entrañas, heridas y costras. Siempre lo hago de una manera muy dosificada, jamás 'quemé' las opresivas atmósferas que emanan de Dirt con compulsivas escuchas y analíticas impresiones. Ya lo he dicho muchas veces y con Alice In Chains lo vuelvo a repetir, hay bandas, discos y canciones que son un estado de ánimo en sí mismos y, como no, la segunda obra de Staley, Cantrell, Kinney y Starr es la representación perfecta del estado de ánimo de unos músicos que te provocan sentimientos irremediablemente encontrados para cuando te encuentras inmerso en la escucha de las trece canciones de las que se compone. Es por esto que nunca he repetido las escuchas más allá de dos veces seguidas porque no quería convertir el acto de oirlas en un frío análisis, quería mantener estas canciones 'a flor de piel' y sangrando para cuando mi cuerpo me pidiese de nuevo otra sesión de oscura introspección y angustioso dolor...