Retomamos la actividad conciertil con uno de los platos más fuertes del año, un bolo que esperaba como agua de mayo por ser algo diferente a lo que uno suele acudir a una sala y, por otra parte, porque la descarga pertenece a una de las 'Criaturas Salvajes' que más respeto tenemos en la website citada. Esta no es otra que la incomparable NIKKI HILL en su cita de antes de ayer, 7 de septiembre, con la Ciudad del Turia en la Sala 16 Toneladas y justo en el tramo final de su Spanish Tour que le ha llevado por Zaragoza, Madrid, Vitoria, Mieres, Sevilla y Valencia y al que le quedan dos citas ineludibles y obligadas en Segovia y Málaga. El que pueda y quiera disfrutar de una velada genuina de soul sudoroso y enérgico no tiene excusa...
Llegamos a la sala poco antes de las 9:30, hora en la que debía comenzar el bolo. En la entrada ambientazo, diría que como nunca en las innumerables veces que he pisado la 16 Toneladas valenciana. De pronto, antes de chequear en taquilla, observo algo a lo que no suelo estar acostumbrado... ¡¡¡el cartel de SOLD OUT!!!. Esto pinta de maravilla.
El comienzo se retrasa, pero no importa, la conversación es buena y el bullicio de una sala hasta los topes se agradece y mucho. Minutos antes de las 22:00h. hace acto de presencia la banda que le cubrirá las espaldas con el grandioso Matt Hill, marido de nuestra protagonista, instando a sus compañeros a realizar la 'intro' de rigor para que la HILL haga acto de presencia como lo que es, la nueva reina del verdadero Soul junto con Liza Colby.
Y bien, decir que entró como un huracán podría ser una definición que hasta se quedaría corta, Nikki Hill entró perfectamente engrasada y con ganas de dar espectáculo, desgranó lo mejorcito de su trilogía sagrada de discos sorprendiéndonos con un par (si no hubo alguno más) de nuevas canciones que formarán parte de su cuarto trabajo y, ¡lo mejor!, dio una clase magistral de ardiente, sexual y sudoroso Soul old school como si de los tiempos de Ike & Tina Turner y Nina Simone se tratase. Esta 'Fiera Salvaje' lo tiene y muy lejos quedan ya sus años en el coro gospel porque lo que ofrece en directo es puro fuego, una combinación orgásmica con un feelin' brutal de Hard Soul que combina a las grandes como Aretha, Billie Holiday, Simone y la Turner con el Rock'N'Roll más genuino (sobre todo desde su último disco, Feral Roots (2018)) que se mueve como pez en el agua entre los Stones/Faces, Bob Seger y ZZ Top entre otros. Un festival del sonido Vintage de otra era que nos transportó sin esfuerzo a aquellos clubs humeantes y sudorosos de Detroit/Chicago de finales de los 60's y principios de los 70's.
La banda que lleva, y a la que no se hartó de presentar constantemente, estuvo enchufadísima en todo momento, con toneladas de energía soulera del más alto octanaje, pero también instantes de excelencia bluesera del Delta del Mississipi gracias al brutal diálogo/duelo de guitarras entre el citado Matt y una Laura Chavez con un feelin' del carajo que nos pareció en un principio que estaría en segundo plano y fue todo lo contrario. Ambos tuvieron muchos momentos protagónicos sacando las mejores esencias 'a la B.B. King/Stevie Ray Vaughan'. Con todos estos mimbres no es de extrañar que temazos de su último disco como "Get Down, Crawl", "Just Can't Trust You", "Can't Love You Back (It's A Shame)", "Might Get Killed Tonight" o "Tell The Next World" sonasen a gloria bendita. No se dejó tampoco pepinazos de su anterior Heavy Hearts Hard Fists (2015) volándonos la cabeza con el homónimo, pero también con el inconmensurable "Struttin'". En conclusión, con una sala entregada al máximo, la energía y feelin' desbordados...y la temperatura sexual al máximo nivel, puedo afirmar que lo vivido el pasado viernes fue un espectáculo al máximo nivel con una Nikki Hill (& Band) en perfecto estado de gracia vocal y escénica. Es una GRANDE y ella, muy humildemente, ¡LO SABE!...
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