NOTA: 90%
Momento de irnos a nuestro particular 'oasis desértico' particular con otra Triada de 'Oleadas Stoner' de auténtico lujo. Ya os aviso que vamos a hacer unos cuantos kilómetros porque comenzando desde Yanquilandia, nos iremos después a Japón y acabaremos en Nueva Zelanda.
La primera en todos los morros. Los VALLEY OF THE SUN son unos clásicos en esta casa desde que su tercer disco, High Volume (2016), arribó a mis tímpanos. Tres años después se marcaron uno de los discos definitivos de 2019 con Old Gods, oscureciendo y complicando en estructuras su propuesta. Fieles a su rutina de tres años a la hora de sus editar sus publicaciones (la pandemia no parece haberles afectado en ese sentido..), nos llegó a finales de junio y bajo los sellos Ripple Music en EEUU y Fuzzorama Records en Europa, la nueva colección de groove Stoner y texturas 90's bajo el título The Chariot (2022)... ¿Nos vamos ya?...
Súbete 'Al Carruaje' y siéntete en la mejor de las road desert movies...
¿Y qué nos trae el quinto disco de Valley of the Sun?... A mi entender, otra colección de canciones fabulosa, transitando como sólo ellos saben hacer entre el Stoner más groovie de Truckfighters, Clutch y QOTSA y las oscuras tonadas Grunge de Chris Cornell, Layne Staley y Scott Weiland como muy bien se demuestra en las iniciales "Sweet Sands"/"Images" o esa suerte de onírica 'a la Kyuss' cantado por un Ryan Ferrier recreando al malogrado Weiland... "The Devil I've Become" y "Headlights" supuran la parte más enérgica y desatada de los de Ohio, pero también la más alternativa. Caer rendido ante la sobria psicodelia de "As We Decay" con punteos bluesys no tiene precio, un remanso reflexivo en medio de la arena antes de que te envuelva la oscuridad trotona y rebosante de groove de "Running Out Of Love". "Sunblind" es el tema más sorprendente del trabajo, purito Southern Rock con pelotas que apesta a Hogjaw y Robert Jon & The Wreck que combina a la perfección con el fuzz groovie 'a la Fu Manchu/Nebula' de "The Flood" con un final de puto infarto. "Colosseum" finaliza el árido trayecto, vuelve el fuzz y la densa atmósfera desértica, pero también las armonías Staley/Cantrell en una composición que te invita a entrar en su particular y denso infierno 90's, a saborear el lado oscuro de uno mismo, a romperte y volverte a recomponer pasada la tormenta...
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