NOTA: 85%
Comenzamos esta Triada de 'Oleadas Stoner' con un comeback muy esperado como el de Dozer para pasar a la 'nueva sangre' de los ingleses Margarita Witch Cult y vamos a cerrarla volviendo a otra de las bandas pioneras del movimiento desértico en Europa y claramente hermanados con los citados Dozer por ser contemporáneos de aquella primera hornada de Stoner de mediados de los 90's. La banda que hoy nos ocupa por aquí son los noruegos venidos de los profundos bosques de Elverum, WOLFNAUT...
Conviértete en un 'Hermano de los Páramos' angostos de la Noruega más ardiente y ancestral...
Curiosa e irregular la carrera de esta banda, en 1998 publican su grandioso debut, Welcome To The Cactus Mountains, que les permite girar a lo largo y ancho de toda Noruega e incluso con incursiones en Suecia y Finlandia. El agotamiento de las giras y las diferencias artísticas hacen mella bien pronto en ellos y deciden tomarse un largo 'hiatus' que se rompe con su comeback de 2013 para girar en directo principalmente. Tres años después llega Castle in the Woods (2016), pero la banda se toma las cosas con tranquilidad y no es hasta finales de 2021 que el powertrio noruego edita III. Sí es cierto que la pandemia ha activado algo en Wolfnaut porque en tan sólo año y medio tenemos su nueva marca que atiende al título de Return Of The Asteroid (2023) que abre nuevas miras y vías de expresión, sobre todo y ante todo en cuanto a atmósferas más íntimas y afectadas, y me refiero a un tema del calado emotivo y emocional de "Arrows". Aún así, no nos olvidemos que Kjetil Saeter (guitar, vocals & piano), Tor Erik (bass) y Ronny Kristiansen (drums, percussion) son unos maestros de los riffs rugientes y empoderados, a pesar de que el inicio con "Brother Of The Badlands" predomine más la ambientación que los guitarrazos gruesos. Trallazos aplastacráneos como "Crash Yer Asteroid" o "G.T.R." son perfecto ejemplo apisonante de ello. No hay que desmerecer en absoluto el árido paso que la banda deja en los pabellones auditivos con los abrasivos, pero muy pegadizos "My Orbit Is Mine" o "Crates Of Doom". El disco se cierra con los 10 minutos de parajes flotantes y amenazadores de "Wolfnaut's Lament", con contrastes atronadores confrontando el espacio sideral más etéreo con el puñetazo dunar más crudo y agresivo hasta que la banda coge ritmo, la base rítmica se hace cada vez más gruesa y el espectacular 'solo' final de Kjetil nos deja en lo más alto del 'asteroide'. Sin más, esto es un auténtico disfrute para los sentidos...
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