NOTA: 85%
Tras dos 'Oleadas Stoner' bien calientes, me he reservado para el final y cuando el Dios Sol más impone su ley, la Oleada más corrosiva y abrasadora de todas, la que más agresividad sonora se desprende de sus surcos y esa no es otra que la del disco/comeback de los yanquees de Madison, Wisconsin, BONGZILLA. 16 años ni más ni menos han tenido que pasar para que estas moles del movimiento Stoner/Sludge/Doom se hayan puesto las pilas y hayan vuelto a su particular y denso 'mundo verde' imbuido de todas las hierbas disponibles a su alrededor. Tras un parón entre 2009 y 2015, Muleboy (bass, vocals), Spanky (guitar) y Magma (drums) vuelven más resabiados y experimentales que nunca con Weedsconsin (2021) aunque sin perder ni un ápice de agresión sónica y rudeza que siempre nos tuvieron acostumbrados entre finales de los 90's y principios de los 00's.
Toma asiento al lado del perverso 'Conductor de Helados' porque la travesía infernal acaba de empezar...
Como grandes defensores del consumo de 'Marijuana' y auto-definiendo su música como 'Weed Metal', los de Madison no iban a faltar a la cita con su 'materia flotante' y toda la parafernalia visual y sónica que siempre les acompaña. Weedsconsin (2021) es otra exigente travesía por el densísimo y hostil mundo de Bongzilla, un billete envenenado de ida (nunca se sabe si existe el de vuelta) con todos los ingredientes y referencias de siempre pero elevadas a la máxima potencia, con sus momentos Sabbath/Sleep, su enrabietada muralla cercana a los Electric Wizard y/o Conan y sus momentos de cuelgue jammy que, en mi humilde opinión, son los mejores que han facturado nunca. El disco despliega todo su mal Stoner Doom con los dos temas iniciales, "Sundae Driver" y el enésimo alegato marihuanero, "Free The Weed", para pasar a los generosos 10 minutos de "Space Rock" en donde, si bien no intuímos ni planetas ni viajes siderales, estamos delante de una excelente composición lisérgica en donde le dan que da gusto a sus cuelgues psicodélicos con momentos de auténtico aplasta-tímpanos tanto en el machaque ríffico como en la depravada voz de Muleboy (una especie de Blayne Carlwright en clave Doom). Tras un descanso auditivo con el medio minuto de "The Weedeater", nos meten en vena otro grandioso cuelgue que apesta a jam session fumeta en "Earth Song, Smoked, Mags Bags" con un comienzo en limpio y tranquilito hasta que llega el riff principal y el fantasma de Tony Iommi para desplegar todo su mal, le sigue una parte mas fumeta 'Smoked' para acabar con 'Mags Bas' entrando en el más abrasador de los jodidos infiernos amenizado por esquizoides bongos. Instalados allí, tan sólo hacer falta dejarse llevar por el akelarre de brujas de su tema-cierre, "Gummies", con esas risas cómplices en comunión con su particular Diablo...
Qué bueno que hallan vuelto...
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