Me hago eco en Pupilandia y para toda la blogosfera del fallecimiento este pasado jueves, 4 de diciembre, de Scott Weiland. El cantante estaba de gira en Blomington (Minesota) con su nueva banda 'Scott Weiland and the Wildabouts' y, aunque todavía no está confirmado 100%, parece que murió dormido en el autobús de gira, a buen seguro bajo los efectos de alguna de las 'sustancias prohibidas' que nunca pudo dejar de consumir. Esperaremos al comunicado de la autopsia, pero todo apunta a que fue una sobredosis.
En fin, la verdad es que tras una mañana dedicando recuerdos, imágenes y clips en mi Facebook a Weiland no me he podido resistir a escribirle una líneas tributando a un artista controvertido, de nublada mente por sus adicciones, soberbio y endiosado pero, al fin y al cabo, un cantante con un carisma y una voz jodidamente increíbles. En estos últimos años, le he criticado mucho, lo sé y lo admito, con más razón o con menos. Su horroroso y bizarro disco navideño, la irregular y breve carrera de Velvet Revolver por su puta culpa, el prescindible y desapercibido 'comeback' en 2008 de Stone Temple Pilots con él al frente y su despido definitivo en 2013, su aspecto de 'yunkie' en las últimas...
Desde luego que su carrera en el nuevo siglo nunca fue para tirar cohetes si exceptuamos aquel primer disco en solitario del '98 12 Bar Blues y que TSI-NA-PAH tuvo a bien descubrirme cuando todavía nos divertíamos en el juego "Por Amor a la Música".

Enseguida vino Purple, su disco menos 'grunge' y más 'hard', el que les consagra definitivamente con temazos como "Intersate Love Song", "Vasoline" o "Big Empty" pero claro, la fama y el éxito empiezan a torcer las costumbres del cantante metiéndose en todo tipo de problemas. Tiny Music...Songs From The Vatican Gift Soft (1996) fue el disco powerpop de STP, una verdadera gozada de melodías y canciones, a pesar de mi recelo inicial, como aquella "Big Bang Baby" que demostraba que la banda sabía evolucionar hacia otros estilos y no quedarse estancada en la 'movida Seattle' que ya estaba de capa caída.
Me quería despedir con uno de los Unplugged más especiales y mejor interpretados de aquella época. Aquel "Headbanger's Ball" de Vanessa Warwick era la leche y me permitió descubrir, junto con el clip de "Plush", a aquellos emergentes Stone Temple Pilots con un Weiland en pleno estado vocal y anímico, con ese timbre de voz profundo, rico y perfectamente dotado para lo que se le pusiese por delante. Todavía tenía 'la mirada del tigre'.
Aquí tenemos todos los temas estrellas de su debut "Plush", "Creep", "Sex Type Thing"... bufff... Una jodida maravilla semi-acústica...
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