NOTA: 100%
Si el de King Gizzard & The Lizard Wizard era uno de mis dos discos en cuestiones 'brutas' y de agresividad sónica... ¡¡¡aquí tenéis el otro!!!. El proyecto nacido en Boston y afincado en New York, MUTOID MAN, me han volado la jodida cabeza con su tercer disco en estudio al que han titulado como Mutants (2023). El powertrio (nunca mejor indicado con la tralla que meten siendo sólo 3) formado por la dupla Stephen Brodsky (vocals, guitar) y Ben Koller (drums) vienen de la dilatada y poliédrica escena de Boston perteneciendo a combos como Converge, Doom Riders, Cave In o All Pigs Must Die y encuentran en este 'Hombre Mutante' otras vías de expresión más caóticas y extremas incluso que con las bandas citadas. Por cierto, se les une para este disco el bajista de High On Fire, Jeff Matz para darle más empaque incluso al conjunto. Siente la 'Llamada del Vacío' y arrójate sin pensarlo dos veces...
Con un trallazo como éste el disco no podía salir con otra cosa que con un Excelente. VAYA TELA!!!...
La escucha de Mutants (2023) es una puta montaña rusa de cambios de ritmo, de pasajes perfectamente contrastados dentro del supuesto caos imperante y de locura esquizoide al máximo nivel. El powertrio neoyorkino impone en todo momento un ritmo extenuante, al borde del colapso neuronal, te agarran por el citado "Call Of The Void" y no te sueltan hasta que acaba con su epílogo "Setting Sun". Metal Alternativo ("Setting Sun"), ataques Thrash a la sexta cuerda ("Broken Class Ceiling", "Memory Hole"), Progresivo, Math Metal/Djent ("Frozen Hearts", "Siphon", "Unborn") y, bueno, es una apreciación personal mía, un poquito del rock alternativo/grunge ("Siren Song"), sobre todo de finales de los 90's. ¿Soy yo o la voz y ciertos timbres vocales de Stephen Brodsky no se acercan a dos iconos de la época como Daniel Johns (Silverchair) o Brandon Boyd (Incubus)?. En definitiva, un disco loquísimo, lleno de giros, virajes inesperados y recovecos psychokillers, todo ello con una expontaneidad y frescura increíbles a pesar de notarse a la legua que son unos auténticos virtuosos de sus instrumentos.
¡QUÉ TRIUNFO!...
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