Lily St. Cyr, erotismo, carácter y excesos?




Considero que no hay mejor manera de definir a esta mujer que con estos calificativos. Detrás de la mediática Bettie Page y la excesiva Tempest Storm, creo que Willis Marie Van Shaak o más conocida como Lily St. Cyr es la que se merece el tercer lugar en el podio de las diosas Pin Ups. Su belleza explosiva le abrió puertas inmediatamente en el show business trabajando como corista en películas de bajo presupuesto en Hollywood para pasar directamente (y por motivos de supervivencia) a los clubs de striptease. Se convirtió en tiempo record en un fenómeno de masas por sus proporciones perfectas, su arte a la hora de desnudarse y su habilidad para innovar en un "arte" que estaba algo estancado en lo de siempre, es decir, en el destape lento y aburrido de las partes más indecorosas de la anatomía, la consagró a lo más alto de los altarés de las Pin Ups.

Números como "Mujer lobo", "La tarde de la Fauna", "La bailarina de ballet", "En el harén Persa", "La virgen China" calentaron y no sabéis cómo la libido del machito yankie durante dos décadas, la de los 40 y los 50, en donde precisamente el conservadurismo U.S.A. y el " happy lifestyle" estadounidense se comenzaban a imponer. Este hecho no mermó en lo más mínimo la fantasía picarona de Lily que siguió ofreciendo números geniales como "The Flying G" ("El tanga volador") con un anzuelo pescando el calentito tanga de la Cyr, "La suicida" (en la que intentaba cortejar a un amante tímido ofreciendo generosas porciones de anatomía) o "La diosa de la selva", en la que simulaba hacer el amor con un loro.


Precisamente estos dos últimos numeritos acabaron con la paciencia de la moral más conservadora y Lili St. Cyr se convirtió en la mujer más conocida de Montreal en los rockeros 50's porque llenaba hasta los topes los clubs de striptease dejando siempre el cartel de "sold out" días antes de su actuación. Sin embargo, el clero católico de Quebec condenó su espectáculo declarando que "dondequiera que bailase, el teatro parece apestar con el vergonzoso olor del frenesí sexual" (Y qué bien que lo sabían los curitas...). El clamor clerical fue respaldado por el Comité de Moralidad pública y St. Cyr fue arrestada y acusada de "conducta inmoral, obscenidad e indecencia". No fue esta la última vez que fue arrestada por obscenidad, pasó algo parecido con un más que susceptible cliente que sintió dañada su moralidad y creencias declarando su espectáculo como lascivo y lujurioso tras ver su número "La bomba atómica" que consistía según palabras de nuestra protagonista "en dejar caer mi vestido, probarme un sombrero, dejar caer el sostén -llevando otro debajo- y ponerme un salto de cama. Después de desvestirse discretamente tras su asistenta, se zambullía en una baño de burbujas, del que tras retozar un poco salía, más o menos cubierta por la espuma...".


Su carrera cinematográfica no pasó nunca a mayores teniendo como "highlights" más o menos reseñables las producciones "Son of Sinbad"(1955) con el esquizoide de Howard Hugues a los mandos y de "The naked and the dead" (1957) de Norman Mailer; tras estas dos producciones no mostró demasiado interés en escalar puestos en Hollywood por lo que volvió a hacer papeles secundarios o a interpretarse a sí misma mostrando sus mejores armas, su excelente anatomía y sus originales coreografías en películas de serie B como "Varietease" o "Teaserama" en donde se codeaba con sus dos rivales más directas, la icónica Bettie Page o la tremendísima Tempest Storm.


Con respecto a su vida privada, bufff, siempre estuvo al límite en todos los sentidos. Se casó ni más ni menos que seis veces teniendo como maridos más o menos conocidos al motorista Cordy Milne, al cómico musical Paul Valentine al restaurador Armando Orsini y al actor Ted Jordan, pero si hablamos de escarceos, rollos y revolcones me llevaría otra entrada entera enumerando tan sólo sus acercamientos sexuales y los típicos en estos casos, Sinatra, Elvis, Jerry Lee Lewis, Sammy Davis Jr., Brando, Dino, Chuck Berry, y hasta un jovencito Charlton Heston degustaron los placeres de la diosa. También es un hecho su extrema afición por la bebida, por las fiestas hasta bien entrada la madrugada y por su inusitada atracción por provocar peleas ya que era una mujer con un carácter incorregible y provocador. Desde luego no había fiesta en donde Lily "no la montase".

Con respecto a la rumorología, siempre se comentó que la Monroe le debe todo lo que es en cuanto a imagen, glamour y sexualidad. Se decía que la Cyr le enseñó todos los secretos para ser una mujer deseada hasta el extremo por los hombres, que Marilyn se llegó a operar casi todo para acercarse a las facciones perfectas de Lily y que, incluso, llegaron a tener algún rollete por la fuerte atracción que sentían la una por la otra. Juzguen ustedes por el parecido y la imagen porque similitudes en cuanto a poses, miradas e insinuaciones varias ante la cámara haberlas las hay.



Acabaré este post con una escena 'hot' que me pone cachondísimo. Que me disculpen los pupilos que entráis aquí pues tiene varios cortes y es un ensayo pero, para ilustraros en lo que vais a ver siempre se ha dicho que "menos es más" y lo que muestra Lyly St. Cyr en el film "In a lovely song" son unicamente sus perfectas piernas (de vez en cuando se escapa algún tímido pezón) para alterar hasta la hormona masculina más adormecida, os lo juro!. Enjoy it!!!

2 comentarios:

günner dijo...

siempre me gustó mucho esta... está muy buena!

PUPILO DILATADO dijo...

Ese contoneo de piernas que se muestra en el video....wow!!! me tiene obsesionado colega. Cómo me hubiese gustado haber presenciado alguna de sus famosas bullas en fiestas hollywodienses para probar después su sexo.