SLASH "SLASH", ¿LA 'BIO' MÁS ESPERADA?


La 'bio' de Slash, por fin, después de que Los Reyes me trajesen este suculento documento han tenido que llegar las calurosas noches de verano para poder sacarle todo el jugo a una de las etapas más interesantes de la banda y el músico que me espabilaron de un puñetazo auditivo en esto del rock'n'roll (con permiso de Mercury & Cia).

Una lectura como esta no deja de ser un ejercicio de morbo en el que deboras rápidamente los textos y narraciones en busca de anécdotas jugosas y excesivas en general, pero también es una búsqueda de respuestas y justificaciones a las tradicionales cuestiones e interrogantes sobre el final de Guns N' Roses.
Lo primero que sorprende de este libro es que Slash no para de recalcar que su versión de los hechos es 'su realidad' y que la otra parte implicada deberá tener la suya propia tan ilícita como la de nuestro protagonista, en este caso le honra este posicionamiento porque no se ha dedicado a disparar con recortada y 'a bocajarro' sino que ha mantenido una posición relativamente respetuosa...a no ser que su intención sea la de ser 'el bueno de la peli', claro está...

El libro es de muy fácil lectura por su redacción pero también por su concepción en donde, sin andarse con rodeos, explica todas sus andanzas desde que era un criajo inadaptado y cleptómano aspirante a 'biker', sus contactos desde muy niño gracias a sus padres con gente muy importante de la industria con especial atención a la relación de Bowie con su madre, sus primeros tonteos y enganchadas con las drogas duras y sus primeras incursiones en el mundillo musical con aquellas primerizas formaciones. Pero el grueso del pelotón, como no, viene de la mano de la banda de su vida como co-lider de Guns N' Roses contando sus sucios y viciosos comienzos hasta la decadencia final, hinchados de éxito pero desinflados de amistad y capacidad compositiva en grupo. Más tarde vendría su inicial etapa en solitario y la consolidación del 'producto made in Slash' para acabar con la ilusión renovada que supuso Velvet Revolver con sus antiguos compañeros así como la consolidación de su relación sentimental más seria con Perla.

Friends, will be friends!

Pero lo que subyace de toda esta lectura y de todas estas andanzas y excesos es que, a pesar de que falte la versión de Axl, Slash se ha vaciado con respeto (pero a gusto) contestando las eternas preguntas, creo que ha intentado enfocar su ejercicio biográfico en la música, en su instrumento y en lo que se supone que consiste esto de formar una banda. A pesar de que sus adicciones tengan aquí un espacio privilegiado por motivos obvios, veo a Slash reflexionando sobre ello (esto no es "The Dirt"), sobre el por qué de volver a recaer, sobre el por qué de no dejarlo, sobre el por qué de sus 'escapismos' con las drogas para no sentir el vacío de una banda en constante proceso de desintegración.


Momentos como los años pre- y post- "Appetite For Destruction" son un verdadero regalo con todo el paquete del rock'n'roll contenido dentro. Las fiestas eternas, las adicciones de Slash, Duff, Izzy y Steven, la suciedad y la putrefacción de su 'modus vivendi', la curiosa inspiración compositiva que desprende naturalidad y expontaneidad a raudales, las constantes relaciones sentimentales rotas y los folleteos sin fin, el salvajismo y excesividad de sus primeros 'bolos' y de sus giras con principio pero sin un fin determinado, etc,..

Otros momentos no son tan mágicos, para mí ha sido toda una desmitificación el proceso compositivo de los "Use Your Illusions" con una banda fragmentada y con un dictador huidizo y cabrón que hartó de paciencia a todos y cada uno de los miembros originales aún a sabiendas de que estaba jodiendo a la banda más grande del rock'n'roll (¡la suya!) en tiempo record.

La magia tampoco aparece en sus constantes cambios de pareja, aunque sí se me hace curioso que Slash ocultase siempre sus adicciones y tuviese cierto respeto por las mujeres que han pasado por su vida, en ese sentido.

De su estapa en solitario con ese primer disco sin los Guns separados oficialmente (si oficiosamente) y sus bajones y subidones emocionales con el cojonudísimo "Ain't Life Grand" tampoco ofrecen nada que no sepamos aunque sí compruebas las ganas de Slash por seguir creando y por querer que la banda funcionase a pesar de la mala suerte...y de su vuelta a las adicciones. Cosa parecida ocurre para cuando Velvet Revolver toma forma, aunque, ni lo que salió de los dos discos volase la cabeza a nadie (sobre todo el flojísimo "Libertad"), ni tampoco emocionase demasiado ver que Velvet Revolver se habían convertido en un producto mineralizado y sin demasiada alma pero con intenciones comerciales bastante dudosas.

Me confieso 'Slashista' desde los principios y siempre he visto a Axl como el 'rompebolas' tocacojones. Mi lectura evidentemente no deja de ser subjetiva al posicionarme en este sentido, reconozco que me haría falta saber lo que piensa el Sr. W.A.R. pero eso, amigos, eso me parece que no va a pasar, entre otras cosas porque no le conviene ponerse en esta tesitura y 'desnudarse' más allá de lo que todo el mundo. Axl siempre ha sido complicado y caprichoso y Slash siempre ha sido (parece) más como un currante desganado, dos entes antagónicos pero necesarios, dos mundos completamente distintos pero necesitados el uno del otro para crear aquella magia que se hacía llamar Guns N' Roses.

2 comentarios:

günner dijo...

Tú, como yo, hablando de la bio según acaba de salir! jeje... a mí me gustó, pero me pareció demasiado parcial...

PUPILO DILATADO dijo...

Günner - Debía ser parcial por necesidad!!!...y aún creo que se ha contenido por el respeto que le ha mostrado en muchos momentos al admirar su capacidad como compositor y cantante. Siempre supo que Axl era 'diferente' y que debía trabajarse esa relación con él para que todo funcionase.

Se puede ser hiper-sensible y bipolar pero también has de ser serio con tus compañeros...y Axl no lo fue!!