NOTA: 100%
Y ahora sí, inauguramos oficialmente (oficiosamente lo hizo ayer Josh Homme con sus Desert Sessions la nueva trilogía de 'Oleadas Stoner' con la tremebunda muralla de sonido de los ya consagradísimos suecos de Gotemburgo, MONOLORD. Formados en 2014 por Thomas Jäger (vocals, guitar), Esben Willens (drums) y Mika Häkki (bass), su excelsa y super-recomendable discografía cuenta ya con cuatro fulgurantes 'losas' de fuzz incluyendo la presente que os traigo hoy y que ha sido titulada No Comfort (2019). El Stoner Doom de costras Sludge sigue expandiéndose en toda su dimensión sonora, las texturas y los ambientes siguen siendo claustrofóbicos, asfixiantes diría yo, pero siempre encuentran vías de escape tanto a través de la espiritual y limpia voz de Thomas así como con algunos desarrollos algo menos cenizos y tenebrosos.
La propuesta de Monolord no es de fácil asimilación para oídos neófitos así que, si nunca has salido de Monster Magnet/QOTSA/Wolfmother o de combos stoner más asequibles como los griegos Deaf Radio y Puta Volcano, los americanos Lo-Pan o los ucranianos Stoned Jesus, deducirás entonces que el oscuro mundo en el que te sumergen los de Gotthemburg quizás te sea algo molesto en primera escucha por la muralla impenetrable de riffs en bucle y sinuosos desarrollos que se nos exponen en cortes dilatados en el tiempo y en el cosmos. Pero esta gente sabe muy bien el terreno (fangoso terreno) que pisan porque se nutren de la oscuridad de sus totems 70's y la traca desértica de los 90's para llevar las composiciones a su propio terreno como ocurre en los cortes iniciales, "The Bastard Son" y el magistral y menos extenso "The Last Leaf" con una melodía vocal y un monolítico riff extrañamente catchys. "Larvae" comienza con un goticismo acústico muy de agradecer, cercano a algún punteo de Kirk Hammet en Ride The Lightning para desembocar en la más absoluta densidad (e inmensidad) instrumental. Quizás mi tema favorito al ladito del amenazador, cadencioso y reptante "Skywards". "Alone Together" propone más ambientes tétricos con otro comienzo muy del medievo, explotando la épica de otra época antes de llegar a la 'gran finale' planteada en los casi 11 minutos de obsesivos desarrollos en bucle de "No Comfort", todo un 'tour de force' con aplastamientos cavernícolas, dolor 'románico' y melancolía decibélica flotando en el ambiente. Son jodidamente únicos, de eso no hay duda...
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