NOTA: 85%
Vamos a ir dando salida a nuestro excelente producto nacional porque se me empieza a acumular en el tintero (¿será que no quiero dejar de escucharlo?). En los próximos días, a excepción de las noticias de próximos lanzamientos y giras inminentes, voy a centrarme en la impresionante música que parimos dentro de nuestras fronteras, proyectos tan diversos (dentro del rock'n'roll, se entiende) como clarisimamente definidos y consagrados.
Empezamos con los madrileños SCR a los que conocí, una vez más, en El Behringer del Capi cuando presentaban su anterior álbum, Sado (2015), y ya me impactaron sobremanera con su mezcolanza explosiva de sonidos setenteros con noventeros pero el año pasó y no llegué a tiempo para hacerles reseña (sorry). Dos años después llega su tercer trabajo, Sotacaballorey (2017), publicado por el sello Entrebotones y grabado en Studios La Fabrique (Francia) por Andrew Scheps y Estudio Uno por Juan de Dios Martín, ambos productores más que experimentados en producciones para pesos pesados como Metallica, RHCP, Amaral o Baron Rojo. Pero dejemos aspectos técnicos y centrémonos en lo que más importa, las contundentes virtudes de Sotacaballorey...
Para quien no lo sepa, la banda es un encabronado powertrio formado a principios de década en la Capital por Ekain Elorza (Dinero, Cobra) a los parches, José Alberto Solís (Gran Wyoming, Última Experiencia) al bajo, el jovencísimo Eduardo M. Molina (Tomaccos, Idealipsticks, El Kanka) y el cerebro y productor del invento, Juan de Dios Martín, 'el cuarto SCR' que siempre ha estado en los créditos por derecho propio apoyando a la banda desde el primer día. El explosivo sonido de la banda bebe de muchas influencias en los 70's tales como Zeppelin, Purple, etc,... y los 90's teniendo a Queens Of The Stone Age, Rage Against The Machine, Jack White y el Grunge como referentes principales hasta, fijaos lo que os digo, veo similitudes clarísimas con Truckfighters o Rival Sons. Ahí es nada.
La carrera de la banda no ha parado de evolucionar desde su sorprendente y virulento debut con Hipnosis (2014), pasando al más hardrockero Sado en 2015 en donde mejoran considerablemente en melodías y temas con más gancho, siendo más impresivibles estilísticamente. Sotacaballorey (2017) sigue esa línea más diversificada y nada comprometida con ningún estilo, la paleta de sonidos sigue abriéndose irremediablemente con riffs musculosos pero con melodías y ritmos muy 'groovies' pasando como una exhalación desde la contundencia desértica de su inicial "Caballo" a los punteos J.White/Rival Sons de "Chica Loca" -su corte más pegadizo y con intención de single-.
Continúo con los tremebundos y 'catchies' "Rey Tuerto", "Crisis" e "Imbécil" con increibles riffs trotones, momentazos funk rock y una sensación de encontrarte ante una banda desbocada, explotando sus armas instrumentales y de ejecución en cada tema, sonando muy cruda y visceral gracias a esa inquebrantable intención de la banda de grabar en riguroso directo. Cortes como "Eres Fuerte" o "Colisión" también son la hostia, el primero más 'grungy' acercándose al sonido de Ten y Mother Love Bone, el segundo más Rage Against The Machine. Me dejo para el final quizás los dos temas más, digamos, 'diferentes', en primer lugar tenemos el emotivo "Madre" invocando de nuevo a Jack White; cierra el disco "Sota", blues del S.XXI con slide guitar en donde compruebo de nuevo el talentazo que se gastan superando con nota el estilo que se les ponga por delante con actitud, contundencia y visceralidad a partes iguales, incluso con un blues que apesta a Delta del Mississipi.
Desde luego que si la banda sigue creando pepinazo tras pepinazo vamos a ser partícipes, a poco que se muevan un poco, de un futuro que está pidiendo a gritos su explosión a nivel internacional. ¡Al tiempo!. Lo merecen!, vaya si lo merecen!!!...
2 comentarios:
Muy bueno y hasta con personalidad . Son tan buenos que estoy de acuerdo contigo que son mejores que muchos aclamados de fuera. Sñolo necesitan apoyo exterior y triunfan
Bernardo - Te lo aseguro!, tienen una calidad y una frescura a la altura de los grandes, beben de muchos, se notan sus influencias, pero tienen sonido propio, muy reconocible y personal. Deberían petarlo, son unos musicazos increibles!
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