NOTA: 90%
Primera acometida al mainstream del Rock'N'Roll (de ese que bien poco nos queda) con los nuevos doce mandamientos del recién ungido Papa IV con su 'nameless ghouls', oséase GHOST. Se nota que la cosa se empieza a mover en tanto en cuanto a las grandes bandas y es de agradecer tras dos años de irregularidades en la 'Primera División' del Rock.
La nueva obra de Tobias Forge vuelve a ser soberbia, otra nueva sublimación de su sugerente y retorcida criatura, otra nueva constatación de excesividades bombásticas, comercialidad bien entendida y, de paso, otro nuevo aviso del cercano 'apocalipsis' y la 'venida' del Papa IV para redimirnos de una vez por todas de nuestro pestuzo de raza humana...
Siente la 'Llamada del Pequeño Sol'... desde las Tinieblas del oscuro Templo...
Y ese extra de comercialidad 'bien entendida' es lo que precisamente me hizo tener mis reservas en la primera escucha de Impera (2022), el quinto credo del Elegido de Linköping. Tanta luminosidad en melodías y nitidez de sonido me provocó cierto rechazo, he de reconocerlo, pero todo acabó solucionándose y disfrutando del ritual, como siempre, en el segundo envite. Todos los elementos del recién bautizado Papa Emeritus IV siguen rayando al máximo nivel, su amor por bandas dinosáuricas de los 70's como Queen, la Electric Light Orchestra (ELO), Rush, Pink Floyd, Blue Öyster Cult, etc,..., su perfeccionismo melódico con melodías cristalinas y armonías vocales sublimes y ese mensaje a medio camino entre la pesadilla halloweenesca y la dominación mundial.
Después de su acostumbrada intro con la secular épica marcial de "Imperia" (guiño al ...And Justice For All?) viene uno de los instant classics de este disco, "Kaiserium", una composición ultra-catchy ochentera de progresiones 'a la Rush'. Le sigue "Spillways", otro corte de coraza ochentera con ese pianito tan "Runaway" de cuando Jon Bon todavía rockeaba y coros reverenciando a Mercury & Cia. Vamos ahora con el primer single en medio tiempo del disco, "Call Me Little Sunshine", otro temazo de calma tensa, cadencia Doom y coros super épicos. Una joyita, como no podía ser de otra forma. "Hunter's Moon" vuelve a incidir en su vertiente progresiva y, por qué no decirlo, sinfónica. Muy chulo el puente 90's con ese giro a los riffs 'wall of sound' de Jerry Cantrell (Alice In Chains). Llega el momento de la machacona pero claramente hímnica "Watcher In The Sky", ¡un momento!, ¿Forge acercándose al Metal Industrial de Fear Factory en Soul Of A New Machine en el riff?, no sé, podría ser, pero no te olvides de los punteos Rush...
Bien, acabada la cara 'A', la 'B' se abre con otra intro, "Dominion", más sacramental con esas orquestaciones. Llegados a este punto y con la llegada de "Twenties", tengo un dilema moral, no sé si tomarme esta composición como una puta broma o quitarme el sombrero y admirar la capacidad de riesgo de tío Emeritus IV. No sé si nos quiere colar un 'reggaeton thrash metal' para acoger 'acólitos' fuera del rock'n'roll o si quiere tocar un poco las pelotas y hacer travesuras con esos aporreos 'a la latina' y acercamientos Slayer... En cualquier caso, funciona dentro del tracklist...
Volvemos a ponernos serios, arriba la solemne powerballad en clave folkie "Darkness At The Heart Of My Love" con un final coral muy conseguido y épico. Me encanta lo que viene, volvemos a los 80's con "Griftwood" y su homenaje a Eddie Van Halen en el riff y punteos varios diseminados por toda la composición. El 'nameless ghoul' guitarra hace un trabajo inmenso aquí. "Bite Of Passage" es la entradilla gótica e inquietante al épilogo del nuevo sermón de Ghost, "Respite Of The Spitalfields", un medio tiempo grandilocuente, pomposo, tétrico y prog rock que cierra como (Dios)Papa manda un quinto Testamento que me deja unas sensaciones magníficas, sin excesos, sin demasiados ombliguismos/virtuosismos y con la oscura clarividencia de la marca Ghost en pleno estado de forma...
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