Se podría decir que estoy viviendo una vuelta al metal más extremo gracias a discos como el de Ministry y la peregrinación al Sonisphere de este año. Mastodon fueron, en mucho, mucho tiempo, una anécdota que se 'coló' en Pupilandia y que ahí quedó, aislada a pesar de sus frecuentes escuchas. Pero, con estos calores veraniegos que todos hemos sufrido, no he recurrido esta vez a Mötley Crue ni a Van Halen, ni tan siquiera demasiado a Beach Boys hasta que fuí a su concierto en Barna, he tocado de nuevo 'la savia metálica' con discos como el de Prong, el de Ministry, Kreator y el grupo que nos ocupa en este post, Fear Factory con su última andanada "The Industrialist".
"Mechanize", su anterior trabajo del 2010, me devolvió de nuevo a la actualidad de esta banda que tenía más que olvidada. Supongo que la vuelta de Cazares al seno de una banda desorientada y sin mucho futuro a la vista insufló nueva vida arregladas las rencillas personales entre el guitarrista y Burton C. Bell. El proceso para este disco ha sido más que democrático, ya lo comenté en el post que hice de adelanto con el single "Recharguer", Dino se ha ocupado de la muralla implacable de riffs asesinos y destructores y, en fin, de todo la parte musical, pues la batería que se oye en todo el disco no es humana y fue creada y programada por él mismo (ahora está con ellos 'el humano' Mike Heller, ex-Malignancy) y Burton C. Bell se ha ocupado de diseñar la historia conceptual del album que gira alrededor de una máquina que consigue la capacidad de generar sentimientos y pensamientos racionales para servir al ser humano y que, con el tiempo, se vuelve más inteligente que él procediendo a su destrucción...¿Os suena de algo? ¡¡¡Terminator is HERE!!!.
El disco en sí, no se desmarca para nada de los parámetros tradicionales de los Fear Factory del acojonante "Demanufacture" pero, gracias a la vuelta de Cazares, las canciones no se hacen cansinas y aburridas como en la etapa anterior a "Mechanize". La maraña machacona de riffs en simbiosis con sonidos industriales de todo tipo es realmente matadora y esos atmósféricos pasajes góticos con Burton alejándose de sus guturales alaridos vuelven a tener un nivel bastante aceptable como contrapunto a las hostilidades imperantes. Encuentro también cierta suciedad en el sonido, cosa que no pasaba con "Mechanize" que sonaba algo más limpio, esta suciedad se nota sobre todo en temas como el cadencioso y pesadísimo "God Eater", la pegadiza (dentro de lo que cabe) "A New Messiah", o "Dissasemble" con unos ataques tremendos a la sexta cuerda.
Es complicado decantarte por algún tema, casi todos son de un nivel increible pero yo me quedaría con el demoledor, obsesivo y punkarra "Difference Engine", el perfecto single "Recharguer", la perfecta máquina de matar que es "The Industrialist" y el carismático "A New Messiah".
Lo que no me gusta nada es que hayan acabado un disco tan compacto y destructor de una forma tan atmósférica. El album contiene diez cortes pero parece acabar en el corte '8' porque los dos restantes son pasajes atmósféricos para dar finalizadas las hostilidades. El track 9 aún tiene un pase porque actua como tregua y descanso de lo que hemos soportado, pero el '10', sin dejar de ser interesante, no puede tenerte más de nueve minutos de pesadilla industrial 'en vilo' esperando un cierre de disco matador que nunca llega. Si lo hubiesen puesto como 'hidden track' la cosa hubiese pintado de otra manera, la verdad.
En cuanto a los 'bonus' poco que decir, el primero es un remix insustancial de "Difference Engine" y el segundo, "Landfill" no dice gran cosa, incluso no parece pertenecer temporalmente a la grabación de "The Industrialist"
¿Se puede volver a confiar en Fear factory?.Claro que sí, el binomio creativo Cazares/C. Bell funciona y sus directos siguen siendo tan intensos como antaño. La pega se encuentra en esos 'experimentos' que la banda necesita hacer y la colocación de los mismos pero, por lo demás, ahí estaremos para apoyar esta tercera reencarnación de la banda.
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