Gracias a este anunció de Nokia en el que un conseguido Bruce Lee (época "Game Of Death") da una soberana paliza al ping-pong con sus demoledores nunchakus a un sufrido (pero entregado) contrincante, me he vuelto a acordar de "El Pequeño Dragón" y de sus grandiosas exhiciones en los años 60's.
La Exhibición de Long Beach de 1964 fue la que llamó la atención de "La gallina de los Huevos de Oro", es decir, de Hollywood, porque allí se encontraba una persona, a priori, ajena al mundo de las artes marciales pero con muchos contactos en Hollywood. Os estoy hablando del peluquero de Sharon Tate, Jay Sebring , que habló bien y mucho de Bruce lee a William Dozier, productor ejecutivo de la serie Batman.
No tardaron en hacerle una prueba y ficharlo en su plantilla hasta que le llegase la oportunidad esperada tras algún proyecto fallido. Un año después el personaje de 'Kato' en "The Green Hornet" abriría las puertas de Bruce Lee en el mundo del celuloide y abriría el mundo de las artes marciales a la civilización Occidental. El Jeet Kune Do extendería sus tentáculos a la sombra de la estrella pero esto es otra historia...
...pues sí, esto es otra historia que, por supuesto, os contaré en otro momento, ahora es hora y lugar para que os deleitéis con esas flexiones a dos dedos y que os maravilléis con el verdadero concepto del JEET KUNE DO que, por extraño que parezca, quiere decir simple y llanamente 'el camino del puño interceptor' viendo como Lee estrenaba en exclusiva su 'puñetazo de media pulgada' ('One Inch Punch').
Os dejo otro video muy corto de otra exhibición del 69 en donde dejaba un poco de lado aspectos más técnicos para centrarse en los bestiales patadones laterales que empezaban a ser famosos en sus películas....¡Impresionante rompimiento por diossss!!!. Y es que el espectáculo pasó a ser determinante en sus demostraciones en detrimento de sus prácticas enseñanzas de los comienzos en Seattle.
1 comentario:
Mi primer novio era un enamorado de Bruce Lee y sólo veía las películas de este hombre y las de Bud Spencer y Terence Hill. Les llegué a coger una manía horrible. Menos mal que de eso ya hace muuuuchos muchos años. Je, je, je.
Salud.
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