Y continuamos con las series que tenía pendientes y que intento ir dando salida poco a poco. Turno para Patria (2020), la serie amparada por el gigante HBO basada en el libro homónimo de Fernando Aranburu (que no me he leído pero que pienso hacerlo en breve gracias/por culpa del impacto cinematográfico producido). Os aseguro que esta última aseveración es completamente cierta, no es que el sabor amargo se me quedase al finalizar los 8 capítulos de que se compone, es que en todos y cada uno de los episodios se sufre, se te revuelven las tripas, sientes una impotencia ajena y una rabia acumulada hasta su desenlace final que son jodidamente abrumadoras. Estamos delante de una de las grandes series del año pasado, no tengo la menor duda...
Excelentemente dirigida por Aitor Gabilondo (El Príncipe, Allí Abajo, Vivir Sin Permiso...), me encuento en la obligación de citar a mi compañero de staff en Rock, The Best Music, 'Luis Cifer', pues fue él el que despertó mi interés en esta serie basada en el conflicto vasco de ETA. Al parecer, la ficción de Gabilondo es (casi) meticulosamente fiel al libro de Aranburu y no me extraña pues, aunque el rodaje 'desordenado' con contínuos saltos en el tiempo desconcierte en primera instancia, antes de acabar el primer capítulo ya sabes perfectamente cómo se van a ir estructurando las diferentes tramas, siempre a rebufo de la principal, perfectamente llevada por dos monstruos de la interpretación como Elena Irureta y Ane Gabarain como 'Bittori' y 'Miren' respecticamente en su particular conflicto dilatado en el tiempo.
¿Y de qué va Patria más allá de 'ser-una-serie-sobre-ETA?... Patria va de conflictos ideológicos pero también existenciales, Patria va de heridas que nunca se cerraron, de extremismos alimentados por la sin razón de unos pocos, en definitiva, PATRIA VA DEL DOLOR y EL MIEDO... La sinopsis se articula en dos espacio-tiempos distintos; el primero cuando la organización terrorista todavía sembraba el terror a principios del nuevo siglo y el segundo a partir de que ETA anuncia en 2011 el alto el fuego definitivo. Este montaje en paralelo espacio-temporal tiene su desencadenante en ese pasado reciente con el asesinato de Txato, empresario extorsionado por los terroristas. Vemos unos años después que Bittori, viuda de Txato, decide volver al pueblo (al deponer ETA las armas) para saber la verdad de su muerte y sentirse en paz. Será a partir de aquí en donde empieza el baile de escenas antes y después del suceso en donde se nos contará el drama de la familia de Bittori y Txato como víctimas de 'La Lucha' y el de la familia de Miren y Joxian viendo (incluso hasta celebrando) como uno de sus hijos ingresa en la organización y como los otros reaccionan de diferente manera ante el conflicto en general y la situación en casa en particular.
Siendo una serie de actores, el elenco no podía fallar de ninguna de las maneras y todos, absolutamente todos, me han parecido espectaculares en sus roles, sobre todo las actrices, pues en ellas cae todo el peso de las tramas teniendo personajes que sufren mucho pero que saben salir fortalecidas de sus dramas. No será éste el caso de los personajes masculinos, más erráticos en su devenir vital e ideológico siendo perfectamente retratados también.
A nivel técnico ningún pero, la puesta en escena es muy efectiva y sobria, la fotografía practicamente es un personaje más con esos paisajes de San Sebastián y alrededores tan pintorescos a la par que salvajes y esas localizaciones en donde la lluvia lo envuelve todo y a todos nos deja una Patria en imágenes fascinante dentro de su dramática y dolorosa sucesión de los hechos...
2 comentarios:
Serie excelente.
Como vasco que soy, te puedo decir que verla debería ser un proceso doloroso para nosotros. Hablo de los que los vivimos, de los de 50 para arriba.
Teníamos miedo, viviamos con el, pero con la perspectiva del tiempo, creo que fuimos cobardes.
No creo que esto podría suceder ahora ... pero sucedió y que no se nos olvide.
Eduardo AG - Muy bien dicho, 'que no se nos olvide', fue algo tan injusto y tan angustiante, sentir tanta impotencia ante unas ideas llevadas al extremismo y la muerte... Debió ser una época muy oscura, con muchos pensamientos encontrados y mucha indignación... Acabé la última escena, en aquella plaza, llorando... Lo siento...
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