NOTA: 90%
Cuantas ganas tenía de reseñar una de las sorpresas más inesperadas del último mes de 2018. Os aseguro que los diciembres suelen ser siempre ciertamente embarazosos, entre ir pensando en listas, seleccionar los últimos discos que entran a pugnar por los TOP's y sentir cierta sensación de 'presión' a la hora de dilucidar si un disco es merecedor del 'premio' o no, hacen que esté casi deseando que llegue enero y hacer las reseñas de discos de forma más relajada y distendida. Esto es lo que le ha pasado a los suecos de Estocolmo, Iron Lamb. El Capi los fue colocando estrategicamente una y otra vez en su programa y me fueron calando bien hondo hasta que le entré a su última obra, supe (sin presiones ni hostias que valgan) que debía estar entre lo mejor aunque preferí reservarme la reseña para disfrutar del disco con tranquilidad y escribir con todo el relajo del mundo. Ha llegado el momento de enfrentarte al 'Cordero de Hierro'!!!...
Breves datos. La banda se forma en 2009 como un destructor quinteto formado por D Bragman (vocals), Joahn Wallin (guitar), Daniel Ekeroth (bass), Thomas Daun (drums) y Jens Bäckelin (guitar). Con los Ramones, AC/DC y sobre todo Thin Lizzy y Motörhead teniéndolos en un puto pedestal, comienzan su belicosa búsqueda por la verdadera esencia del rock'n'roll de los 70's. Con tres albumes en su haber contando este último Blue Haze (2018) y una triada de singles de escándalo entre medias, os aseguro que este disco os va a tumbar desde el primer tiento.
Lo primero que llama la atención es la gran adoración que sienten los suecos por Mr. Lemmy Kilmister, sobre todo por el timbre roto y 'abourbonado' de D Bragman (estuve tentado de hacer la reseña el mismo día del aniversario de su muerte (28-D) pero, simplemente, no era el momento). Y Bien, Blue Haze es una puta apisonadora pero, ¡ojo!, sí que es cierto que la tremebunda base rítmica y la vertiginosa ejecución punk/metal/stoner de las guitarras en trallazos como "The Hunt" o el inicial "Apocalypse Express" le dejan a uno hasta exhausto con semejante descarga decibélica pero cortes como "Bound By Gravity" a medias entre las twin guitars estilo Lizzy y el vozarrón 'a la Kilmister', el siniestrillo 80's "Into The Night" con ese riff tan Bauhaus/Sisters Of Mercy, "Erase/Rewind" con el cuelgue space rock psicodelia muy cercana a Monster Magnet o la excelsa progresión del track final, "Deadbeat", te dejan la sensación de estar muy lejos de la escucha del típico disco lineal y 'a piñón', y es que estos Iron Lamb saben perfectamente el terreno que pisan para buscar el 'Rock' más auténtico con el 'Roll' más desenfrenado. Su mejor disco sin duda.
Qué feliz deberás estar Lemmy...
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