NOTA: 90%
Con esta impactante y tremebunda portada (crítica a Yanquilandia y al energúmeno que la gobierna?...) se nos presentan los valencianos Jolly Joker con su esperadísimo y ansiado tercer disco titulado Never Say Forever (2018). He seguido a Lane, Yannick y Luke desde sus principios, aquel Sex, Booze & Tattoos (2013) me dejó claro que no iban a ser una banda con la única intención de mimetizarse con Skid Row o Mötley Crüe, y así lo dejaron confirmado con un imponente Here Come...The Jokers! (2015) en donde la banda probó cositas que demostraban que no querían encasillarse unicamente dentro del movimiento Sunset Strip angelino. En fin, que a parte de patearse los antros más sucios y peligrosos de nuestra geografía, la banda consiguió por primera vez ampliar fronteras y girar por Inglaterra con increíbles resultados que les les han permitido volver a repetir la experiencia hace tan sólo dos semanas por Albión. Precisamente el fin de semana que su tercera andanada sónica veía la luz, el citado Never Say Forever (2018).
Saluda a la cadavérica Libertad y dedícate a 'CREER' en el 'Bromista Alegre'...
Pero volvamos un poco al pasado. Necesito recordaros que la banda sufrió cambios sustanciales en mitad de la gira de presentación de Here Comes... The Jokers!, pasando de ser un quinteto a cuarteto y fichando como batería a un jovencísimo aporrea-parches que responde al nombre de Alex Rayder y del que tuve la oportunidad de verle disfrutar como un enano tras los tambores con una energía y unas maneras brutales en uno de sus primeros bolos. El círculo estaba cerrado de nuevo pues no tardó en formar parte de la máquina de matar que hoy en día es Jolly Joker con una presencia escénica perfecta y un vistoso 'castigo' a su instrumento.
Y así llegamos a la más rabiosísima actualidad. En redes sociales los Jokers es una banda que sabe moverse como nadie y ya nos iban dejando caer pistas, breves clips, coñas y demás info con la que hacernos una idea de lo que se nos venía encima hasta que llegó el primer y acertado single, "Believe", que demostró que las musas siguen sonriendo a los valencianos. Para empezar con Never Say Forever (2018) os diré una cosa muy sencilla pero directa, y esa no es otra que '¿Cómo lo hacen estos cabrones?'. Sin andarse con chiquitas ni rodeos que valgan, huyendo de los peligrosos 'rellenos', ¡se han parido ocho temas que son dinamita pura amigos!. La banda suena más engrasada e implacable que nunca, desbocada y expontánea en su ejecución y con unos detalles muy interesantes que confirman lo que ya supe con su anterior disco, y esa no es otra que su auto-impuesta intención evolutiva, sí Pupilas/os, los Jokers siguen siendo los mismos Sleazys de siempre pero son un puto culo de mal asiento y en este disco han querido probar cositas aquí y allá, de forma sutil y siempre bajo la pátina callejera y Sleazy Hard, pero dejando bien claro que no quieren hacer el mismo disco una y otra vez.
Las jodidas hostilidades las abre "Anywhere" comenzando con ese musculoso bajo de Luke al que se le unen los intensos guitarrazos 'a la Ratt' de Yannick y el rabioso timbre vocal de Lane que te pone bien firme con los primeros alaridos de su privilegiada garganta. "Nasty Habbits" apesta a Appetite For Destruction y a L.A. Guns por los cuatro costados, quizás el tema más Sunset Strip y el que te lleva por el lado más peligroso y extremo de la vida. Vaya solazo que se marca Yannick llevado en bolandas por la majestuosa base rítmica de Luke y Alex. Llega el carismático single, "Believe", del que ya sabéis mis impresiones, pero que dentro del conjunto se convierte en uno de los temas más pegadizos del conjunto, si no el que más, con ese riff y ese estribillo tan 80's catchy, de toque 'acedeciano' y aromas Alice Cooper con esa interpretación vocal de Lazy. Yannick vuelve a bordarlo con su 'solo'. "I Am Rock n' Roll" nos mete de un plumazo en terrenos glam metal/Skid Row con esa progresión de acordes tan molona y esa melodía y estribillo tan desbocados como matadores. "Hey Babe" devuelve el clasicismo en un ejercicio de boogie rock aussie de querencia 70's que se te queda clavado en el cerebro y que no desea salir con una interpretación vocal de Lane tan exigente como sublime, al igual que "Stay Behind", un blues rock disfrazado de sleazy angelino directo a la yugular y efectivo como rebana-pescuezos. Lo flipo con esta composición, todo es perfecto, ritmo, melodía, actitud, incluyen hasta un Hammond y un duelo perfecto en el sólo entre las seis cuerdas de Yannick y los teclados de...¿quizás Suzuki Samurai?... Arribamos al tema más elaborado del conjunto, quizás es el tema más 'arriesgado' de los Jokers en toda su carrera, con un Lane en un registro vocal más limpio y melódico y un Yannick sacando bellas texturas de guitarras semi-acústicas, "Set My Soul On Fire" es un medio tiempo intensísimo en donde confluyen The Cult, los Who y el New Jersey de Jon Bon Es lo que siento, puedo estar equivocado pero se ha convertido en su segundo single, así de claro. El disco no podía cerrarse mejor que con "I Wanna Go", un descarado y explosivo ejercicio de action rock sueco directo a la yugular para cerrar a lo grande con otro perfecto acompañamiento de piano y Hammond (¿de nuevo Mr. Samurai?) para chuparse los dedos.
Os lo he avisado muchas veces, si los Jokers estuviesen en EEUU, UK o Suecia se los estarían rifando día sí, día también, y es que están a un nivel insultantemente estratosférico volviendo a demostrar que su talento, su actitud y su carisma siguen intactos, a prueba de balas y superándose disco a disco. He dicho...
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