Obsesionado con la "Pose de Jesucristo"?

Se podría decir que sí. Llevo en mi bandolera desde principios de diciembre tres discos, y cuando hablo de discos hablo incluso de soporte físico porque los cd's de los últimos discos de Monster Magnet, Motörhead y "Telephantasm" de Soundgarden me están acompañando todo este tiempo y, realmente no se por qué no puedo sacarlos de mi "bolsito", no se si será por la facilidad para ponerlos en cualquier coche, si por la rapidez al insertarlos en casas ajenas o, pensando profunda y subjetivamente, me sirven como protección evasiva del mundo cutre y ordinario que me rodea.

El caso es que la compilación de Soundgarden me ha devuelto a una banda que tenía demasiado tiempo olvidada. Con los cuatro grandes del grunge suelo necesitar al menos una dosis anual de su legado no sólo para recordar los tiempos en los que el rock'n'roll todavía mandaba sino principalmente para exorcizar mis demonios interiores (y los exteriores también). Alice in Chains, por motivos más que obvios, son uno de mis referentes emocionales, de Nirvana se podría decir que recurro ultimamente menos pero esos momentos son intensísimos, con Pearl Jam quizás les haya vuelto a redescubrir con "Backspacer", su inconmensurable concierto en el BBK y la edición especial de "TEN" pero, en el caso de Soundgarden, se habían convertido en un extraño "deja vú" esperando ese momento especial para retomar otra vez todos sus discos y que nunca llegaba.

La edición de "Telephantasm", sin entrar en demasiados detalles, me parece excepcional con esa recopilación de videos que ilustran mejor que nunca una época, un sentimiento y una escena musical muy especial. Bien es cierto que "Black Rain" está a la altura de su legado pero no es nada nuevo...y no hay nada nuevo! (vaaaale), que no han querido componer nada y se han centrado en girar y que meter un corte en directo, "Pretty Noose", con un Cornell desafinadísimo en la primera parte de la canción no ayuda pero con semejante repertorio de composiciones me parece que, en mi caso, ya he hecho la excepción con ellos.

Tan sólo la canción que protagoniza por derecho propio este post, "Jesus Christ Pose", ya merece una mención especial porque de siempre me tuvo enganchado el retorcido riff de Thayil, los alaridos de Cornell y los insanos desarrollos intrumentales de la canción pero, en este punto en el que mis pabellones auditivos vuelven a disfrutar con el Jardín Sónico, considero que el enganche se ha intensificado para convertirse en obsesión al volver a visionar de nuevo el polémico clip que los encumbró definitivamente cuando la MTV decidió prohibirlo en el '91. Eran los tiempos del "Badmotorfinfer" y del ataque directo de la banda al mainstream musical y con "Jesus Christ Pose"... ¡vaya si lo consiguieron!!. Un tema que atacaba la zona de flotación de aquellos que se refugiaban en la religión para lucrarse autodefiniéndose como "mártires". El tema y su videoclip levantaron verdaderas ampollas entre el sector ultraconservador e incluso en el Reino Unido fueron amenazados de muerte en la gira que les llevaría por la tierra de los Beatles.



En cuanto a la imaginería visual del clip es escandalósamente insana con esa atmósfera de colores quemados y virados y con ese efecto (deudor de la mejor psicodelia) de imágenes deformadas y duplicadas de los componentes de la banda. La joya visual y la que más dolores de estómago produjo en su momento es, obviamente, la de la crucifixión, con esos esqueletos tipo 'Terminator' (estaba de moda, qué le vamos a hacer) y esas niñas crucificadas con un montaje dificil pero calculado al milímetro para seguir los compases de las diabólicas notas del tema. Clarooscuros remarcados y en negativos, deformados primeros planos, picados y contrapicados y un frenético giro de cruces conforman un clip muy creativo y perfectamente ilustrador del contenido de la letra del tema. Aquí Soundgarden, para los pocos que no lo hayáis visto, se lucieron y de qué manera aceptando todas y cada una las imágenes que este clip promocional contendría aún a sabiendas de la polémica que generaría y a pesar de las fuertes convicciones religiosas que en aquel momento Kim Thayil tenía.

Un video obsesivo y obsesionante, perturbador e inquietante, me quedo corto quizá en adjetivos y es que llevo un mes con las imágenes finales en la cabeza en las que, después del puente musical y en pleno climax final, se superponen demónicamente Thayil, Cameron, Shepperd y Cornell acabando este último en un último y desgarrador alarido que nos lleva a un bombardeo de crucifijos de todo tipo.

Ya no se hacen clips así.




Cómo no, para corroborar la fuerza de la composición un corte en directo grabado en su excepcional gira de presentación y que quedó para la posteridad en este "Motorvision: live '92". Qué grupazo en su mejor momento, ¿Lo dudaría alguién??.