NOTA: 100%
Os prometí energía hace unos días y, bueno, creo que lo estoy cumpliendo ji, ji. Para hoy, uno de los popes precisamente del sonido energético e hipervitaminado como el ínclito MICHAEL MONROE se vuelve a pasar por esta casa para seguir dejando su marca registrada. El undécimo disco en solitario de la leyenda inmortal que es el rocker de Helsinki se hace llamar irónicamente I Live Too Fast To Die Young (2022) y desde ya os aseguro que es un discazo de tomo y lomo y que tiene todos los ingredientes que esperas del rubio finlandés. ¡Vámonos!...
'Asesina (sin dudarlo) el Verano del Amor' porque Mr. Monroe viene guerrero...
Había estado muy callado nuestro protagonista y, cómo no, después del parón pandémico, Michael tenía que desatar toda la adrenalina y rabia contenida en estos oscuros años de atrás, sobre todo habíendose quedado con la miel en los labios al no haber podido presentar en condiciones su recomendable album anterior, One Man Gang (2019), publicado a finales de aquel año.
Centrados en I Live Too Fast... (2022), repetimos formación...¡¡¡y qué formación!!!, ahí siguen dando lo mejor de sí mismos los guitarras y compositores musicales principales Steve Conte y Rick Jones (The Black Halos), mi amado Sami Yaffa (bass) y Karl Rockfist (drums). Monroe, como siempre, lo gestiona todo, lo pasa por su filtro y aporta letras y toneladas de actitud. El álbum es muy variado, tiene un equilibrio perfecto destacando para empezar la rabia desatada de los demoledores "All Fighter", hard punk a saco, el hardcore punk "Pagan Prayer" y el inicial "Murder The Summer Of Love" que claramente se decanta por la disciplina Wildhearts con esos cambios que van del powerpop al hard e incluso el metal. Por contraste, Monroe no duda en mostrar su faceta más sensible y baladística en "Antisocialite" y "Dearly Departed", así como momentos más oscuros y ochenteros caso de "Derelict Palace", claramente Goth Rock, y el 'looser' "No Guilt". Pero, ¡ojo!, que haya medios tiempos y powerballads no te tiene que hacer olvidar que estamos delante de un disco de un 'Dios Vickingo del Rock'N'Roll' y aquí es donde descubrirás temazos a medio camino entre el powerpop y el glam punk de los infalibles "Everybody's Nobody", un "Can't Stop Falling Apart" tan festivo y tabernero como si una fiesta entre los Hanoi, Faces y New York Dolls se tratase y, por último, el homónimo "I Live Too Fast To Die Young" que es todo entrega y pundonor glam punk powerpop de ese que sólo Michael Monroe y sus secuaces saben facturar. ¿Hace falta recalcar que se merece la máxima nota?...
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