NOTA: 80%
Hace una semana que dejé de escribir en Pupilandia, me váis a disculpar pero esto del tele-trabajo, las tele-correcciones y las tele-clases me han agotado sobremanera y han provocado que casi le haya cogido fobia a sentarme frente a la pantalla del portatil y seguir refrescando y ofreciendo entretenimiento en Pupilandia. Lo mismo me ha pasado en Criaturas Salvajes el pasado viernes, no podía, no me sentía con la motivación suficiente y para ofrecer algo desganado, mecánico y falso lo mejor era esperar a que el agobio pasase un poco.
Y bien, pasado un poco el agobio mental he de ser coherente con el momento en el que me quedé la semana pasado pues acometí otra Triada de 'Oleadas Stoner' con los 1000 Moods y hoy es hora de darle continuidad con la segunda que viene a cargo de unos supervivientes de la escena stoner del nuevo siglo, los de West Virginia, Seven Planets. Ponte todo el equipo, cierra bien tu casco de astronauta y colócate en posición vertical porque despegamos...
...Hacia el Planeta '206'!!!...
Formados como cuarteto en 2005 por Leonard Hanks (guitar), Jim Way (guitar), Mike Williams (bass) y Ben Pitt (drums) y con un E.P. en 2007 y su homónimo primer disco en 2012, os daréis cuenta de que no son una banda que se prodigue mucho en publicaciones; en realidad son unos viejos zorros de la escena de la costa sudeste estadounidense que llevan implicados en multitud de proyectos sin casarse a tiempo completo en ninguno. Los Seven Planets ya lo dicen todo con su nombre, música cósmica, sideral, space rock mezclado con psicodelia pero también con blues y heavy boogie en formato estrictamente instrumental. Y así pasa, tras ocho años sin nuevo material, la banda publica Explorer (2020) con la típica y tradicional ausencia de voz en los yankees, el carácter y la atmósfera jammy se palpan en todo momento, con momentos más 'fumetas' a la Brant Bjork y otros algo más encendidos en plan Nebula/Kyuss. Lo cierto es que los protagonistas de hoy y los que vendrán mañana o pasado me han ayudado a 'evadirme' de agobios laborales estos días, perfectos para dejarse llevar, para cerrar los ojos y abrirlos en pleno vórtice del agujero negro más caprichoso. Una gozada, sin duda...
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