NOTA: 100%
Seguimos con la nueva trilogía de 'Oleadas Stoner'. Si el 'entrante' han sido los Full Tone Generator con su excelente y atronador disco en directo, el 'plato principal' no podían ser otros que unos pesos pesados de los sonidos más añejos y doom como los berlineses Kadavar con su quinta artefacto en estudio titulado For The Dead Travel Fast (2019).
Y es que ser contemporáneos de una banda de la calidad de nuestros protagonistas de hoy y ser partícipe auditivo de la magia y el poder que se generan en sus discos es un auténtico privilegio tan sólo al alcance de unos cuantos (esos 'cuantos' somos los que amamos el rock'n'roll y ya quedamos muy pocos...). En realidad el 'plato principal' iban a ser otros que me reservo para el 'postre' o para otra trilogía de 'Oleadas' pero han sido relegados gracias/por culpa del paseo/pateo vespertino, ya a noche cerrada, por los dominios 'Dilatados' y con mis perras escuchando el disco de los alemanes.
Así me he sentido hace unas horas, como 'El Niño de la Noche'...
Y es que ser contemporáneos de una banda de la calidad de nuestros protagonistas de hoy y ser partícipe auditivo de la magia y el poder que se generan en sus discos es un auténtico privilegio tan sólo al alcance de unos cuantos (esos 'cuantos' somos los que amamos el rock'n'roll y ya quedamos muy pocos...). En realidad el 'plato principal' iban a ser otros que me reservo para el 'postre' o para otra trilogía de 'Oleadas' pero han sido relegados gracias/por culpa del paseo/pateo vespertino, ya a noche cerrada, por los dominios 'Dilatados' y con mis perras escuchando el disco de los alemanes.
Así me he sentido hace unas horas, como 'El Niño de la Noche'...
A la luz de una luna luminosamente amenazadora y con unas nubes acuchillándola y haciéndola sangrar de vez en cuando, como si de la escena de El Perro Andaluz de Buñuel se tratase, he disfrutado de mi cuarta escucha de For The Dead Travel Fast (2019) y os aseguro que ha sido toda una experiencia para los sentidos escuchar todo el disco enterito entre tenebrosas sombras de árboles, caprichosas formas ennegrecidas por el contraluz de nuestro satélite y el gélido viento todavía azotando mi rostro.
El quinto trabajo de Kadavar vuelve a dar una vuelta de tuerca más en la excelsa carrera de Lupus, Tiger y Dragon. Si en Berlin (2015) se decantaron por su lado más radio friendly (dentro de la idiosincrasia de Kadavar, claro está) y en Rough Times (2017) abusaron con gusto de su obsesión por Tony Iommi y las afinaciones ultra-graves a lo bestia, se podría decir que el nuevo disco se encuentra en un término medio, ni está obsesionado por coquetear con singles radiables como Berlin ni en formar dos partes (una más monolítica, otra más psicodélica) como Rough Times. Eso sí, el aura oscura y las texturas y arreglos tenebrosos nos dejan el disco más gótico y vampírico de los berlineses, no en vano el título viene de un poema del género de Vampiros del S. XVIII del alemán Gottfield August Bürguer, en contraposición a un posicionamiento psicodélico con más peso que nunca.
Tras una 'intro' siniestrilla en donde nos anticipan que el uso de teclados en For The Dead... es mucho mayor que en ninguno de sus discos, las ocultas hostilidades comienzan con "The Devil's Master", un corte que nos demuestra la pasta setentera de la que están hechos los germanos, con ese proto-heavy aplastante y stoner doom que tan bien facturan. La voz de Lupus es nasal hasta el extremo aunque, quizás, en este disco sea el que maś registros distintos propone. "Evil Forces" es la caña, un tema de corte NWOBHM con mucha dinámica en guitarras, muy trotón, y con unos agudos sorprendentes de Lupus muy cercanos al amigo Justin Hawkins (The Darkness). Viene mi tema favorito junto a "Devils In My Mind", y ese no es otro que "Children Of The Night", un track a medio camino entre la épica oscura de las pelis de terror de los 70's, el Kraut Rock/Progresivo y el saturado stoner de su anterior disco. "Dancing With The Devil" es un tema muy calmadito y, hasta cierto punto, sexy con Lupus susurrándote en un tono menos nasal que de costumbre. El sonido de la banda es fabuloso, incluido teclados. "Poison" abre la cara 'B' devolviendo el muro de sonido stoner doom a tus orejas, menos tenebroso y sí más implicado en la problemática racista y de ultra-derecha. Llegamos a otro 'must', "Demons In My Mind", su corte más psicodelia 60's 'a la hawkwind' o el más cercano a Monster Magnet, época Last Patrol (2013). "Saturnales" vuelve a rebajar el pistón en la canción más discreta y folk del conjunto pero que sirve de antesala a los trabajados pasajes del corte final, "Long Forgotten Song", muy Doom, lento y reptante en su inicio y su final pero con una parte más dinámica de por medio, buen trabajo de coros, 'solo' de Dragon a los parches y épica retro-vampírica fabulosa que cierra otra muesca discográfica obligadísima en la carrera de estos monstruos alemanes del Vintage Rock venido de otra época y tiempo.
Y, a todo esto, los 'demonios' llegaron a casa tras su paseo entre las sombras...
El quinto trabajo de Kadavar vuelve a dar una vuelta de tuerca más en la excelsa carrera de Lupus, Tiger y Dragon. Si en Berlin (2015) se decantaron por su lado más radio friendly (dentro de la idiosincrasia de Kadavar, claro está) y en Rough Times (2017) abusaron con gusto de su obsesión por Tony Iommi y las afinaciones ultra-graves a lo bestia, se podría decir que el nuevo disco se encuentra en un término medio, ni está obsesionado por coquetear con singles radiables como Berlin ni en formar dos partes (una más monolítica, otra más psicodélica) como Rough Times. Eso sí, el aura oscura y las texturas y arreglos tenebrosos nos dejan el disco más gótico y vampírico de los berlineses, no en vano el título viene de un poema del género de Vampiros del S. XVIII del alemán Gottfield August Bürguer, en contraposición a un posicionamiento psicodélico con más peso que nunca.
Tras una 'intro' siniestrilla en donde nos anticipan que el uso de teclados en For The Dead... es mucho mayor que en ninguno de sus discos, las ocultas hostilidades comienzan con "The Devil's Master", un corte que nos demuestra la pasta setentera de la que están hechos los germanos, con ese proto-heavy aplastante y stoner doom que tan bien facturan. La voz de Lupus es nasal hasta el extremo aunque, quizás, en este disco sea el que maś registros distintos propone. "Evil Forces" es la caña, un tema de corte NWOBHM con mucha dinámica en guitarras, muy trotón, y con unos agudos sorprendentes de Lupus muy cercanos al amigo Justin Hawkins (The Darkness). Viene mi tema favorito junto a "Devils In My Mind", y ese no es otro que "Children Of The Night", un track a medio camino entre la épica oscura de las pelis de terror de los 70's, el Kraut Rock/Progresivo y el saturado stoner de su anterior disco. "Dancing With The Devil" es un tema muy calmadito y, hasta cierto punto, sexy con Lupus susurrándote en un tono menos nasal que de costumbre. El sonido de la banda es fabuloso, incluido teclados. "Poison" abre la cara 'B' devolviendo el muro de sonido stoner doom a tus orejas, menos tenebroso y sí más implicado en la problemática racista y de ultra-derecha. Llegamos a otro 'must', "Demons In My Mind", su corte más psicodelia 60's 'a la hawkwind' o el más cercano a Monster Magnet, época Last Patrol (2013). "Saturnales" vuelve a rebajar el pistón en la canción más discreta y folk del conjunto pero que sirve de antesala a los trabajados pasajes del corte final, "Long Forgotten Song", muy Doom, lento y reptante en su inicio y su final pero con una parte más dinámica de por medio, buen trabajo de coros, 'solo' de Dragon a los parches y épica retro-vampírica fabulosa que cierra otra muesca discográfica obligadísima en la carrera de estos monstruos alemanes del Vintage Rock venido de otra época y tiempo.
Y, a todo esto, los 'demonios' llegaron a casa tras su paseo entre las sombras...
No hay comentarios:
Publicar un comentario