THE WIDOWBIRDS "SHENANDOAH" (2011): BELLEZA ACÚSTICA, ALMA ABIERTA EN CANAL!!!

Por favor, visiona el clip primero. Hoy hablará más la música que los párrafos y el palabrerío verborréico...



Visionado el clip, creo que nadie me negará que aquí tenemos una bandaza muy, muy especial. Esta es LA BANDA de la que, por dos veces, me negué a desvelar su nombre, no sé, supongo que en un acto egoista para sentirla 'para mí' más tiempo; la primera fue cuando estuve a punto de decantarme por Australia en la manga 'internacional' del juego "Por Amor a la Música" pero me decanté por Japón siendo una de las razones la de que no quería desahacerme de su gran disco de debut, "Shenandoah", del 2011. La segunda 'negación' (esto ya parece la Semana Santa!) fue cuando hablé de The Delta Saints y su imprescindible "Death Letter Jubilee" porque no quise quitarle el protagonismo en ningún momento a la banda de Nashville, pero sí, he combinado casi dos meses, casi a diario y casi siempre en paralelo a estas dos bandas con una frescura sin igual y con una asimilación de las raices y un 'poso' para quitarse el sombrero.

La banda nace de las cenizas de Ooh La La y está liderada por Simon Melli (voz, guitarra) que decidió llevar a un estudio unas canciones desnudas, primordialmente acústicas, que le parecieron interesantes. Lo que salió del estudio fue pura magia musical.

Este disco es puro hechizo y me perdí su actuación en Castellón cuando tan sólo llevaba un semana escuchándolo. Todavía me estoy arrepintiendo...

A las primeras de cambio te vas a quedar embobado e hipnotizado por la voz de Melli, una grandísima voz, aguda, agudísima, a medio camino entre los grandes del Soul y el sentir sureño de los 'bluesman' más añejos. Los que le acompañan a los coros e instrumentación no se quedan atrás porque lo que escuchas aquí es honestidad pura mezclada con un 'feeling' exquisito, impresionante. Aquí ni sobra ni falta absolutamente nada.

La banda te recordará en las primeras escuchas a The Black Crowes y a los Zeppelin más acústicos con algún toque bluesero y stoniano pero por Diosss que no intento estigmatizarlos y que los que todavía no los conocen se piensen que son 'otro clono más de los hermanos Robinson o los Zeppelin del S. XXI' porque no es, ni de lejos, mi intención. No intento encasillarlos, sino ubicarlos, nada más.

Y ahora vienen las canciones del album, ¡pero qué CANCIONES!!!. Siempre se ha dicho (y no soy músico) que la prueba palpable de que una canción funciona es si se sostiene con la única ayuda de una acústica y una voz y esto es más o menos lo que os váis a encontrar aquí. Instrumentación practicamente 'desenchufada', básica percusión y 'cuerdas' embelleciendo en algún momento el sentimiento. Ni grandes producciones, ni mil ruiditos tan sólo alma y espíritu, tan sólo honestidad y humildad.

Comprobadlo con la grandísima "Rumble in the Alley" en directo y en nuestra piel de toro...



¿Por qué canción empezar?, la verdad es que ¡no lo tengo claro!!!. Todas las canciones son de un nivel tan altísimo que no podría poner, a estas alturas, ninguna por encima de la otras. El pálpito percusivo de "Dust and Stone", el bailongo y exótico "Go Down", el atmósférico y onírico "Sweet Lady Mary", el hímnico e irresistible "Rumble in the Alley", el alegre y luminoso "Tonight We Ride" con un final de 'infarto soulero', el enamoradizo y agudísimo Simon de "Lay Your Love" y paro aquí...

Las dos canciones que le siguen a "Lay..." son claramente dos trozos de un mismo corazón, dos composiciones tan sentidas y bellas que, de tan sobrecogedoras, estremecen sin piedad el alma y el lacrimal, todo hay que decirlo... Os hablo de "My Time" y "Still Alive", esta última con unos violines que elevan el precioso sentimiento vocal de Melli más allá del cielo, más allá del firmamento.

¿Pero me puedo dejar las que me quedan?, ¡Por Dios, no!. La luz vuelve con "Follow Me Down" y unas cuerdas la mar de celestiales, "Time We Gotta Move On" tiene ese adictivo 'groove' soul de regusto Crowes (¡ojo al tremendo piano!). Acabo con la última (porque no podía dejarme en el tintero ninguna) y stoniana "Lead Myself Astray", otra composición de veneno rockero irresistible que finaliza un viaje por nuestra fibra más sensible.



Yo os lo aviso Pupilos, aquel que haya dejado pasar este album porque ya hace dos años de su publicación está perdiéndose unas canciones ENORMES tanto por su capacidad melódica como por su sencillez, ¿O acaso Lennon/McCarney no parían canciones básicas y simples pero adictivas 100%?

Vosotros mismos. ¡Y que nadie se los pierda en directo! (y me incluyo el primero).