EL CALADO EMOCIONAL DE ADELE.

Llevo un semana escuchando sin parar "21", el segundo disco de Adele, y puedo afirmar sin temor a equivocarme que es una terapia excepcional para los sentidos y los sentimientos. Después de la brutalidad escénica de Grand Funk Railroad y tras llegarme por fin "el paquete" de amazon con "21" y "Forevermore" de Whitesnake, me he metido con muchas ganas en la segunda puesta de largo de esta mujer encontrando un oasis para el alma con su música y su privilegiada voz.

He de reconocer que de las primeras escuchas no extraje todo el jugo al disco porque, quizás, buscaba más 'groove' y soul Motown más fiestero pero Adele nunca ha ido de este palo, su manera de componer es más intimista y profunda y más a sabiendas que "21" le ha servido de desahogo terapéutico después de una rotura sentimental no demasiado amistosa. Dicho esto, tenemos ante nosotros a una Adele desengañada, despechada, frívola por momentos y triste en casi todos.

El disco comienza con "Rollin' In The Deep" el primer single (y del que ya comenté su videoclip ampliamente), temazo 'classic soul' con una profundidad emocional que ya nos anuncia la cascada de sentimientos que está a punto de caernos encima. El tema engaña por su rítmica respiración soulera pero su letra ya nos habla de pérdidas y de lo que pudo ser y no fue, que va a ser una constante en todas y cada una de las once canciones que componen "21". El siguiente, "Rumour Has It", es el más pegadizo junto con el anterior. De estribillo facilmente tarareable, tenemos uno de los temas más inmediatos (si no el que más) y sexys del disco.

A partir de aquí el disco se pone serio, se quiebra y se retuerce, el alma de Adele nos habla. Llega "Turning Tables", una de las canciones más bellas que ha compuesto Adele con un cierto aire a "Chasing Pavements" pero más épico y doloroso. Le sigue "Don't You Remember" con ese toque alternativo que me recuerda en algún momento a la Morrisette más baladística y que, para el que os escribe, es el tema más flojito junto con el cover de "Lovesong"de los siempre aburridísimos The Cure.

"Set Fire To The Rain" es el tema más épico del disco con una orquestación acertadísima y que, si te descuidas, te hace saltar las lágrimas a las primeras de cambio. Un temazo que comienza muy relajado pero que explota cuando el vozarrón de Adele se desahoga en su sufrimiento. Sentimientos contradictorios pero encontrados, eso es todo.

"21" llega a su segunda mitad, claramente se nota que deja las producciones más curradas, orquestaciones y sonidos más acordes con el "New Soul" del S. XXI para adentrarse y profundizar en el soul más vintage. El piano y la voz desnuda de Adele reinan en esta segunda parte. Tenemos en "He Won't Go" un tema soul muy 80's, no se, hasta me recuerda en alguna línea vocal e instrumental a la Whitney Houston de aquella década. "Take It All" ahonda en esta nueva línea que ha tomado el disco, piano y voz, voz y piano se unen en un todo adornados por breves coros gospel. "I'll be Waiting" por fin nos devuelve a la Adele reinona del soul, toques irónicos y desenfadados para un tema que perfectamente se podía haber grabado en los 60's por las grandes del género. Magnífico y vitalista estribillo que da algo de luz a un disco tan profundamente emocional.

Para cerrar el disco me quedo con "One And Only" en donde Adele se luce en un tema que bien podría cantar 'a capella' y "Someone Like You", sobre todo este último, porque la cantante cierra "21" de una manera dolorosa. Con un comienzo vocal quebrado, el canto a la tristeza va tomando forma y fuerza hasta llegar al dramático climax lírica y vocalmente hablando con los sentimientos de la artista a flor de piel.

En fin, pupilos, insisto en que le déis una oportunidad, insisto en que dejéis macerar las canciones más lentas y menos inmediatas porque, cuando menos os lo esperéis, os atraparán sin remedio.