NOTA: 90%
Esperaba lo que me encontré con la última película del teenager arácnido. Me habían hablado muy pero que muy bien de Spider-Man: Into The Spider-Verse (2018) (en España, 'Un Nuevo Universo') e incluso mi propia hija, a la que las aventuras de Peter Parker le importan un pimiento (no es el caso de la saga Vengadores), me pidió insistentemente ir a verla por lo que, siendo mi super-héroe favorito, os podéis imaginar el gustazo que me dió estar visionándola en pantalla grande a sabiendas del despliegue de medios e inventiva visual que ya se apreciaba en los trailers. Pero no adelantemos cosas.
He de confesaros mi dejadez para con las pelis del Hombre Araña, de la trilogía de Raimi tan sólo ví las dos primeras y ya la segunda me pareció sonrojante por momentos, las dos que vinieron después las ignoré por completo por lo vergonzante que se veían a través de sus trailers y, bueno, la de 2017, Spider-Man: Homecoming, he de decir que la tengo pendiente pues leí en su momento buenas críticas pero no he encontrado el momento. Ha llegado el momento (antes de que lo haga la nueva que se prepara para este año, Spider-Man: Far From Home (2019) de que os comente el buen sabor de boca y la reconciliación cinéfila para con un super-héroe por el que pasé tantas y tantas horas horas pegado a la 'telaraña' de sus cómics...